Todo el mundo sabe que Mallorca es el paraíso. Cuando pensamos en esta Isla balear vienen a nosotros imágenes de playas vírgenes, hermosos pueblos de montaña y soleados paisajes mediterráneos de pinos y encinas. Sin embargo, Mallorca tiene un sinfín de atractivos más que la convierten en uno de los mejores lugares posibles para vivir. En este artículo te mostramos 5 de ellos:
Una de las razones más obvias por las que vivir en Mallorca es el buen clima del Mediterráneo. Con 2.756 horas de sol al año, es decir, más de 300 días de luminosidad -o también, si se prefiere, entre 8 y 12 horas diarias de luz- y una temperatura media de 22ºC, Mallorca es perfecta para disfrutar ampliamente de la naturaleza y del ocio al aire libre durante todo el año (y no sólo en los meses de verano). Sin embargo, que Mallorca sea una tierra tan mimada por el sol no significa que no exista el invierno: de hecho, en la Serra de Tramuntana podemos encontrar muchas cimas con más de 1.000 metros de altura, por lo que cada año es posible disfrutar de excursiones por la nieve. A pesar de ello, el clima de las Islas Baleares es muy saludable, una de las razones por las que Fréderic Chopin vino a vivir un tiempo a Mallorca. Así que, ¿por qué no seguir su ejemplo?
Es difícil decidir por dónde comenzar a hablar sobre el espectacular paisaje de Mallorca. Esto es debido a que la isla lo tiene todo: infinitas playas de arena blanca y fina, montañas altas, extensos campos, preciosas calas escondidas y torrentes escarpados. ¡Busques lo que busques en Mallorca lo encontrarás! Lo mejor de dicha variedad de paisaje es que la extensión de la isla no supera los 80 km por 100 km, por lo que desplazarse es fácil. Y lo que es mejor: todavía es suficientemente grande como para no aburrirse. No cabe duda de que los 88 km de la Serra de Tramuntana, que fue declarada Patrimonio Mundial en 2011, con sus altas montañas -de las cuales la más alta es, con sus 1445 m, el Puig Major-, ofrecen siempre aventuras nuevas. Asimismo, de entre los 555 km de costa encontraremos nuestra playa y cala favorita. Pues bien, si tenemos una propiedad en Mallorca, podremos disfrutar del lujo de tener para nosotros solos algunos lugares que en verano están llenos de gente.
Después de hablar del paisaje, hemos de continuar por el deporte, dado que hay pocos lugares en el mundo donde podamos combinar la práctica de nuestro deporte preferido con un paisaje espectacular y único. Es decir, si eres un amante del ciclismo o del senderismo, no hay mejor opción que comprar una casa en las montañas; así podrás disfrutar de los mejores senderos y carreteras sin la necesidad de desplazarte muy lejos. Además, tendrás la oportunidad de vivir en algunos de los pueblos más hermosos de la isla, como son Sóller, Valldemossa y Andratx. En cambio, si lo que necesitas es tener arena entre los dedos y respirar el aire salado del mar, una casa cerca de la playa como, por ejemplo, en Santa Ponsa, Can Pastilla (en la bahía de Palma) y Colonia de Sant Jordi puede ser tu gran opción: solamente hace falta que salgas a la puerta de tu vivienda para irte a practicar todos los tipos de surf que quieras o disfrutar de la playa sin más. Pero Mallorca también es un lugar perfecto para aquellos que buscan relax y escapar del estrés de cada día: en los pueblos pequeños reina la calma, por lo que cada cual puede encontrar el que mejor se adapte a él a la hora de comprar una casa en Mallorca.
Los pueblos mencionados anteriormente conservan todavía el encanto de tiempos pasados. En muchas de sus estrechas calles parece que se ha parado el tiempo, de hecho, no son pocas las veces que aún podemos ver a los ancianos del pueblo reuniéndose delante de sus casas y hablando de los días de su juventud. Por su parte, el sur de la isla está dominado por Palma de Mallorca, la capital de las Islas Baleares. Es una ciudad vibrante con infinitas posibilidades de ocio, tanto de día como de noche. Palma alberga una amplia variedad de restaurantes, bares y clubs en el centro histórico, en el puerto y en sus afueras. Las últimas marcas de ropa y complementos tienen sus tiendas entre el Passeig des Born y la Plaça Major. Y todo sin olvidar sus hermosos monumentos y hot-spots turísticos. Como puedes ver, Mallorca es para todos los gustos.
De todos es sabido que en las islas se vive con otro ritmo más tranquilo, más relajado; muchas veces escucharás de los mallorquines las expresiones “poc a poc” (“poco a poco”, “tranquilito”). La manera de hacer las cosas es mucho menos precipitada y estresada, seguramente una de las razones por las que los mallorquines llegan a edades tan avanzadas. Después del trabajo reúnete con los amigos a tomar una cerveza, paséate por los mercados semanales o disfruta los domingos después de la paella de largas horas de sobremesa en familia. No tardarás mucho en sentir que comienzas a vivir “mediterráneamente” saliendo en barco, haciendo picnics en la playa, excursiones a la montaña y todo lo que puedas imaginar. Deja que las olas del mar se lleven lejos de ti el estrés.
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